miércoles, 11 de mayo de 2022

Lexnet Justicia, ¡por fin en linux!

Han tenido que pasar unos 15 años más o menos para que Lexnet Justicia se haya adaptado por fin a la tecnología del presente y pueda utilizarse ya desde cualquier navegador y, lo que es más importante, desde un sistema operativo tan denostado por las administraciones públicas como linux.

La versión 5.1 de Lexnet, lanzada el pasado 9 de mayo de 2022, supone dejar de utilizar el applet de Java para firmar, que lo hacía sólo compatible con Internet Explorer, y pasa ahora a usar la aplicación Autofirma, con versiones para Windows, Mac y linux. No cabe ninguna duda de que la decisión ha venido forzada por la decisión de Microsoft de matar de una vez por todas a su paleolítico navegador para sustituirlo definitivamente por Edge y, aunque aún queda disponible Lexnet Escritorio, era innegable que todo el sistema no podía quedar dependiente solamente de una aplicación hecha en Java, que se hizo en su día como medida de emergencia ante la decisión de los principales navegadores de no usar Java, y que tampoco era un prodigio técnico, todo sea dicho.

Sea como sea, bienvenido sea el cambio. Desde el momento en que Lexnet Justicia hace uso de Autofirma para la firma digital, cualquier navegador puede ahora utilizarse tanto para recibir notificaciones como para presentar escritos. Ahora bien, ¿basta con descargar Autofirma e instalarlo en el ordenador para que funcione? Sorpresa: en Windows sí; en linux, por supuesto que no.

Por eso se hace necesario explicar qué hay que hacer en linux para que podamos usar Lexnet Justicia.

Paso 1: Descargar Autofirma.

En este artículo se da por hecho que ya se tiene instalado un navegador y los certificados digitales para utilizar la tarjeta de firmas. Por eso, el siguiente paso es descargar Autofirma para linux pinchando en este enlace.

Se descargará un archivo comprimido que, en su interior, contiene tres paquetes para instalar Autofirma: un paquete ".deb" para Debian, Ubuntu, etc.; un paquete ".rpm" para Fedora, y otro paquete ".rpm" para SUSE. Como yo uso OpenSuse, utilizaré éste. Lo instalo abriéndolo con la aplicación "YaST Software", o bien con el comando:

sudo zypper install [paquete].rpm

La instalación no debería dar ningún problema. La sorpresa viene, al menos con KDE, cuando intentamos ejecutar Autofirma desde el icono que se crea en el menú de aplicaciones. Nos da un error como éste:

¿Qué ha pasado aquí? Pues que los que hacen Lexnet no han hecho bien el script. Para arreglarlo, tenemos que ir a la carpeta /usr/bin y editar con permisos de administrador (como root) el archivo autofirma:

sudo nano /usr/bin/autofirma

Este archivo sólo tiene una línea que no es suficiente para ejecutar el programa, provocando el error que se ha descrito. Hay que añadir "#!/bin/sh" al inicio del archivo, de modo que el script "autofirma" debe quedar así:

#!/bin/sh
java -Djdk.tls.maxHandshakeMessageSize=50000 -jar /usr/lib64/autofirma/autofirma.jar $*

Guardamos el archivo y lo cerramos. Cuando pinchemos en el icono de Autofirma en el menú de aplicaciones, ahora sí se abrirá el programa sin problemas.

Paso 2: Instalar el certificado raíz de Autofirma en el navegador.

Para que Lexnet pueda utilizar Autofirma, hay que instalar el certificado raíz de la aplicación en el navegador. En este caso, voy a explicarlo para Firefox.

Accedemos a los ajustes y, dentro de la sección "Privacidad y Seguridad" buscamos la opción "Certificados". Pulsamos en "Ver certificados".

En la ventana que se abre, pulsamos en "Importar..." y, seguidamente, buscamos el archivo "AutoFirma_ROOT.cer" que se encuentra en /usr/lib64/autofirma. Por último, seleccionamos la opción "Confiar en esta CA para identificar sitios web". Aceptamos.

Cerramos el navegador y, con esto, ya deberíamos poder usar Lexnet Justicia con linux.

He comprobado que, a veces, da un error de certificado al entrar por primera vez en la página de Lexnet pero, si se pincha en "Reintentar", accede sin problema.

Es justicia que se ha hecho por fin en España, a 11 de mayo de 2022.



jueves, 2 de agosto de 2018

Linux y Onedrive.

En la actualidad, tener un espacio en la nube se ha convertido, al menos en el ámbito profesional, en algo casi imprescindible. La posibilidad de tener toda la información disponible a todas horas en el móvil, de poder enviar archivos de gran tamaño a un cliente, o simplemente de tener una copia de respaldo de los datos de la oficina son valores positivos que hay que tener en cuenta cuando se pretende cierto grado de eficiencia y de seguridad.

Ahora bien, cuando hablamos de entornos profesionales no vale cualquier servicio, sino que hay que tener especial cuidado en lo que a protección de datos se refiere, puesto que el manejo de datos personales de terceras personas (clientes, por ejemplo), requiere que se cumpla la legislación vigente. No hacerlo está sujeto a duras sanciones que, en la gran mayoría de los casos, supondría la ruina automática para muchos pegueños y medianos negocios.

Microsoft OneDrive

En el caso concreto de la abogacía, el Consejo General de la Abogacía ya ofrece desde hace tiempo una cuenta de Microsoft a cada colegiado, que incluye no sólo correo electrónico, sino Office 365 y también Onedrive empresarial, que cumple con la legislación española y europea de protección de datos y que, por tanto, puede usarse con toda confianza por parte de los abogados que así lo deseen.

El problema, como viene siendo habitual, es que Onedrive no tiene cliente oficial para linux. Sigue así la política de Google, que tampoco ha ofrecido jamás un cliente para linux de Drive, y eso que bien que les ha interesado usar linux para sus propios sistemas, para desarrollar Android, e incluso para sus Chromebooks. Pero, como dice el refranero, "Bien me quieres, bien te quiero, mas no te doy mi dinero". Es lo que hay y los que usamos linux desde hace tiempo ya sabemos que no podemos esperar mucho de ciertas compañías.

Existe, además, un problema añadido, y es que el Consejo General de la Abogacía Española ofrece una cuenta empresarial o business de Onedrive, que tiene requisitos distintos a las cuentas personales de dicho servicio. Existen opciones como Onedrive-D que gozan de cierta fama, pero sólo funciona con cuentas personales, no empresariales. Existen otras alternativas que dicen funcionar también en cuentas business, pero en general son proyectos mantenidos por una o dos personas, algunos ya descontinuados, y otros son muy inestables en su funcionamiento, lo que los inhabilita para su uso profesional. Por supuesto, hay que agradecer el esfuerzo de los desarrolladores que, de forma altruista, ofrecen al público en general el esfuerzo de su trabajo, pero estamos buscando una opción que dé cierta seguridad en un entorno de uso que requiere una mínima estabilidad, y lo cierto es que esos proyectos, aun muy loables, no son adecuados.

¿Es un pájaro? ¿Es un avión? ¡Es Rclone!

Todo aquél que tiene o ha tenido cierto contacto con linux conoce Rsync, un famosísimo programa de sincronización de archivos. Rclone viene a ser lo mismo, pero para sincronizar una carpeta del ordenador con un servicio en la nube.

Rclone funciona con 30 servicios diferentes, e incluso con protocolos como FTP, SFTP, WebDAV y directorios locales. Se puede acceder a toda la información disponible en su página web, y merece la pena echarle un vistazo. Además, se encuentra en los respositorios de las distribuciones más conocidas, por lo que no existe problema alguno en su instalación. Eso sí, en Debian estable (Debian 9.5 a la fecha de publicación de esta entrada), la versión de Rclone es la 1.35, que sólo es compatible con cuentas personales. Hay que descargarse la última versión de la página oficial (existen paquetes ".deb" preparados) para trabajar con cuentas profesionales.

Una vez descargado el paquete de su página oficial, tan sólo hay que ejecutar el siguiente comando (como root) para instalarlo:

dpkg -i [paquete.deb]

La concifuración es muy sencilla. Como usuario normal, hay que ejecutar el siguiente comando:

rclone config

El programa iniciará entonces una configuración interactiva que guiará incluso al más novato por todo el proceso. En primer lugar, elegimos crear un servicio nuevo y darle un nombre. Después, de entre todos los sistemas disponibles, hay que escribir el número correspondiente a Onedrive (el 10, en la versión que yo he manejado), elegir la opción Onedrive business, y decir que sí cuando nos pregunte si queremos la opción auto config. El programa entonces abrirá un navegador con la página de Onedrive, en el que tendremos que acceder con nuestro usuario y contraseña, darle permiso a Rclone para acceder y, finalmente, nos devolverá un cófigo que Rclone capturará automáticamente. Por último, decimos que sí si está todo OK y todo estará preparado.

De todas formas, para cualquier duda o problema, la página oficial tiene un completo tutorial al que puede accederse pinchando aquí.

Uso de Rclone

Rclone puede hacer múltiples operaciones en la nube configurada. Puede crear carpetas, copiar archivos, borrarlos, hacer un listado del contenido... En la ayuda del programa se pueden consultar todas las opciones pero, en nuestro caso, nos centraremos en la sincronización, es decir, en crear una copia idéntica de una carpeta en Onedrive. La opción para ello es la siguiente:

rclone sync -v [carpeta origen] [nombre de la nube:][carpeta de la nube]

Un ejemplo práctico. Supongamos que queremos copiar la carpeta "/home/Expedientes" de nuestro ordenador a la carpeta "Copia" de Onedrive. Y supongamos que, a la hora de configurar Onedrive en Rclone, le dimos el nombre de "minube". El comando sería así:

rclone sync -v /home/Expedientes minube:Copia

El programa hará una copia idéntica de la carpeta "home/Expedientes" en Onedrive, eliminando de la nube todos los archivos que hayan sido eliminados en la carpeta "/home/Expedientes". Así nos aseguramos tener en Onedrive una copia siempre igual a la última versión de todos los documentos. La opción "-v" la he utilizado para que vaya informando el programa de los cambios que va haciendo. Si se quita, el programa funcionará en completo silencio, sin dar ninguna información. A gusto del consumidor queda utilizarla o no.

Claro, habrá quien diga que menudo rollo tener que ir haciendo las copias a mano, y que es preferible que se haga automáticamente a ciertas horas. En ese caso, podemos utilizar cron para automatizar el proceso. Usamos, como usuario normal, el siguiente comando:

crontab -e

Ello abre el archivo de configuración de cron. Debajo de la última línea del archivo, y sin borrar nada, escribimos lo siguiente:

0 13,19 * * * rclone sync /home/Expedientes minube:Copia

Después, grabamos los cambios y ya está configurado cron. En el ejemplo expuesto, se harán dos copias de seguridad, una a las 13 horas y otra a las 19 horas, pero pueden especificarse las horas que uno quiera, o especificar sólo una copia o dos, o minutos o días concretos. Para aprender cómo usar cron, es mejor consultar esta página.

Esto es todo, amigos

Si todo va bien, aquéllos que utilicen linux y sean profesionales de la abogacía podrán, gracias a Rclone, utilizar los servicios que ofrece el Consejo General de la Abogacía Española para guardar o compartir documentos profesionales, cumpliendo además con la legislación sobre protección de datos, y con toda la tranquilidad que ello conlleva.


miércoles, 15 de marzo de 2017

Lexnet, casi ni con Windows ya.

La semana pasada volví a tener un brote de desesperación al ver que Lexnet no permitía firmar las recepciones de las notificaciones que tenía pendiente de recoger. Repasando los requisitos, vi que en principio lo tenía todo como el día anterior, por lo que no tenía sentido que no funcionara entonces. Repasando:

- Windows 32 bits (suspiro).
- Java de Oracle 32 bits (mirada al techo y otro suspiro).
- Todos los certificados y drivers del lector instalados.
- Firefox.

Tuvo que pasar un buen rato y varias referencias a los muertos de los técnicos correspondientes para que se me encendiera la bombilla: ¡JAVA!

Después de hacer una pruebas, resultó que, sin saberlo, Firefox se había actualizado solo hasta la versión 52, la cual ya no es compatible con java. Es decir, que no se puede utilizar Lexnet ya ni con Microsoft Edge, ni con Chrome, ni con Safari, ni con Opera, ni con Firefox. ¿Se podrá con Lynx?

La solución pasa por devolver a Firefox a la última versión compatible con java para poder seguir trabajando. En este enlace podemos descargar la versión 51.0.1, que no da problemas. Para arreglar el problema hay que hacer lo siguiente:

Iniciamos el navegador Firefox que tengamos. Vamos a Opciones > Avanzado > Actualizar, y seleccionamos No comprobar actualizaciones (no recomendado: riesgos de seguridad).

Una vez hecho esto, cerramos Firefox, e instalamos la versión 51.0.1 que hemos descargado previamente. Al arrancar el Firefox "degradado", no se actualizará automáticamente y se mantendrá en la versión compatible con java y, por tanto, con Lexnet.

¿Y qué pasará a partir de ahora? Porque no resulta muy inteligente mantener un navegador antiguo. En el blog de Lexnet se informa de que están preparando una interfaz de escritorio de Lexnet, es decir, una aplicación independiente de la web, pero tampoco se dan más detalles. Es de suponer  que arreglará los problemas de compatibilidad de los navegadores porque ya no dependerá de ellos para usar el sistema, pero todo esto no es más que suposiciones, y habrá que esperar a ver qué va sucediendo.

Ellos se toman su tiempo. Nosotros, tres días improrrogables para adivinar por qué no funciona y para buscar una solución. Mi parte ya está hecha. A ver cuánto tardan ellos.

sábado, 18 de febrero de 2017

Thunderbird/Icedove y Office 365.

El reciente cambio de los servicios de correo electrónico de los distintos colegios de abogados a la plataforma de Red Abogacía es, en mi opinión, un salto importante y claramente a mejor, después de sufrir la inutilidad de Communigate Pro, claramente obsoleto y que no ofrecía servicio útil alguno más allá del de recibir y enviar emails.

Aunque pienso que la plataforma Office 365, utilizada por Red Abogacía, es inferior en facilidad de uso y, sobre todo, de compatibilidad a la de Google, sí que sin embargo tiene puntos realmente interesantes, como la posibilidad de utilizar los paquetes on line ofimáticos de la plataforma. Por mucho que me guste LibreOffice, hay que admitir que persisten los problemas de compatibilidad con archivos .doc y excel de cierta complejidad, y disponer de la opción de usar para esos casos los programas originales de Microsoft es una buena noticia.

Sin embargo, al configurar el correo electrónico en Icedove (el Thunderbird de Debian) me he encontrado con un inesperado contratiempo: y es que el servidor SMTP de Office 365 no parece llevarse muy bien con dicho programa. El uso de los protocolos POP e IMAP no dan problema alguno, pero a la hora de enviar un correo electrónico, el servidor SMTP de Office 365 permanece sin respuesta en numerosas ocasiones, de manera que resulta frustrante, cuando no imposible, enviar cualquier cosa.

Por supuesto, la consulta de un problema con Linux pilló al servicio técnico de Red Abogacía con el pie cambiado, y su diagnóstico bamboleó desde mi proveedor de internet, que curiosamente me bloquea el acceso a Office 365 pero no a ningún otro correo del mundo mundial, hasta el cha-cha-cha, el cual tiene la culpa de todo desde el 89, pasando por un "no tiene sentido lo que le pasa". A veces me pregunto por qué sigo intentándolo.

Después de dar muchas vueltas, y tras leer miles de foros, parece que he dado con la solución al problema. Hay que entrar en la configuración avanzada de Icedove/Thunderbird seleccionando en el menú "Editar > Preferencias > Avanzado > Editor de configuración". Se abrirá una ventana avisando de que es zona hostil para manazas, pero le prometemos ser buenos y nos dejará entrar.

Una vez dentro del panel de configuración avanzada, buscamos la siguiente cadena:

network.dns.disableIPv6

Cuando nos aparezca, debemos pinchar dos veces en ella para cambiar su valor de "false" a "true". Debe quedar así:


Una vez hecho esto, cerramos la ventana y ya no deberíamos tener más problemas de conexión con el servidor SMTP de Office 365.

De nada, servicio técnico de Red Abogacía.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Lexnet Justicia, no con Linux.

Desgraciadamente, se han confirmado mis peores temores respecto de Lexnet Justicia y Linux. Después del comunicado en el que se informaba que Lexnet Abogacía estaba condenado a desaparecer, y en el que se instaba a pasar a la plataforma del Ministerio, la pregunta que surgió fue si habría problemas, y la respuesta es finalmente que sí, que todos los del mundo.

Para resumir, y para no aburrir al personal, el resumen es que he podido acceder con Linux a Lexnet Justicia con un certificado digital de la FNMT (certificado software instalado en el navegador), con el DNI electrónico y con el carné ACA, pero no se puede ni recibir notificaciones ni presentar escritos. Si se intenta hacer cualquiera de las dos cosas, el resultado es un lamentable error informando de que la tarjeta no tiene certificados válidos (sí los tiene para acceder pero no para recibir ni enviar notificaciones, el colmo del absurdo).

Pensé que era problema de la firma ACA, pero el soporte técnico del Consejo General de la Abogacía Española se ha mantenido fiel a su estilo: incapaz de solucionar nada y echando la culpa al Ministerio. Total, qué más da ya, si el barco se está hundiendo. "Que se jodan", como dijo una que todos recordamos.

El soporte técnico del Ministerio, mucho más voluntarioso pero igual de eficaz, se mostró diligente y dispuesto a ayudar hasta que se le acabaron las respuestas del manual. A partir de ahí, pidió el envío de los logs de las aplicaciones java del sistema y, una vez remitidos, nunca más se supo.

Después de numerosas pruebas, en mi opinión, el problema reside en el módulo WebSigner que Lexnet utiliza para firmar documentos y recibir las notificaciones. Por algún motivo que se me escapa, no es capaz de leer las firmas digitales de la tarjeta.

La solución del problema, de momento, depende del Ministerio, pero ya podemos imaginar la molestia que se tomarán en arreglarlo. Tomamos nota del problema, y ya tal.

Mientras tanto, o bien se sigue utilizando Lexnet Abogacía hasta que muera, o se usa Lexnet Justicia con Windows virtualizado con VirtualBox. Es una vergüenza que se obligue a utilizar un determinado sistema operativo para trabajar. Ya puestos, ¿por qué no obligar a tener un coche de una determinada marca, o a tener un despacho profesional en una determinada calle? Mejor cierro la boca, que doy ideas, y ya tenemos bastante.

Por cierto. Informo que todas las pruebas las he hecho con la versión estable de Debian (Debian Jessie en estos momentos), que era lo que funcionaba con Lexnet Abogacía. Si alguien ha conseguido utilizar Lexnet Justicia con otra distribución, por favor que ilustre.

miércoles, 26 de octubre de 2016

R.I.P. Lexnet Abogacía.

El día 25 de octubre pudimos leer en la página oficial del Consejo General de la Abogacía Española que se ha acordado la transición de Lexnet Abogacía hacia la plataforma oficial del Ministerio de Justicia, es decir, que Lexnet Abogacía pasa oficialmente a estado terminal, y que dentro de unos pocos meses será desconectada definitivamente para que pase a mejor vida.

Y, la verdad, no resulta nada sorprendente. Siempre he sido de la opinión de que Lexnet Abogacía era innecesaria, que iba a rebufo de la aplicación oficial (recuérdese el famoso formulario de documentos adjuntos) y, además, pecaba de un servicio técnico realmente deficiente. Por otro lado, ya se notaba desde hace tiempo un cierto tufillo a cadáver cuando seguía manteniendo su compatibilidad sólo con Firefox 45.0.2, cuando dicho navegador ya va nada menos que por la versión 49.0.2, a día de hoy. La falta de adaptación y mantenimiento suelen ser muy malas señales.

El problema de todo esto no es la desaparición de la plataforma, sino la pérdida de tiempo que ha supuesto tanto en aprendizaje como en configuración y adaptación de equipos. Después de las peleas libradas para poder seguir trabajando usando Lexnet Abogacía, resulta ahora que se escupe sin más a todos sus usuarios a una plataforma que es totalmente diferente, que tiene otros requisitos distintos tanto de configuración como de firma, y que para más inri siempre ha estado ahí, de manera que cuesta mucho entender por qué no se ha trabajado con Lexnet Justicia desde un principio en lugar de dar el rodeo que se ha dado y, total, para perderse la mayoría de las veces.

Hay que reconocer que Lexnet Abogacía ha disfrutado del mérito de mejorar muy mucho el aspecto de Lexnet Justicia, de tener ventajas como la respuestas a las notificaciones con relleno automático de campos, o de la carpeta "Pendientes", tan útil; pero las ventajas se quedaban ahí, y no compensaba en ningún caso, a mi juicio, los retardos en las notificaciones (siempre llegan más tarde que a la plataforma del Ministerio) o los problemas de sincronización tan frecuentes.

Ahora toca nuevamente guerrear con el ordenador para, primero, configurar y adaptar nuestros sistemas a Lexnet Justicia y segundo, para lograr que funcione, que una cosa no va necesariamente con la otra, y mucho menos si encima existe a quien da por llevar la contraria al mundo usando Linux. De momento, a día de hoy, y después de numerosas pruebas, tan sólo he conseguido acceder a Lexnet Justicia con un carné ACA y con una firma de la FNMT, pero no he conseguido hacer gestiones como aceptar notificaciones o enviar documentos, obteniendo un error que dice que no hay firma válida en la tarjeta. Con un DNI electrónico tan sólo he conseguido que se cuelque, sin entrar siquiera en el sistema.

Sea como fuere, Lexnet Abogacía seguirá funcionando durante unos meses, o eso dicen, hasta su total desconexión. Mientras tanto, los usuarios de Linux volveremos a sacar las estampitas de nuestro santo favorito para restregarlo por el ordenador y por el lector de tarjetas, antes de cada prueba. A ver si pronto conseguimos que funcione.

sábado, 6 de agosto de 2016

Un pingüino en mi ordenador.

Utilizar linux como sistema operativo para uso personal ya es de por sí una prueba de resistencia y paciencia, pero si además uno ya se atreve a convertirlo en el sistema principal de trabajo, el asunto ya alcanza tintes heroicos, sobre todo cuando uno se enfrenta a la Administración Pública y a sus maravillosos programas de ayuda, generalmente "sólo para Windows", de lo que las administraciones autonómicas son reconocidos portaestandartes.

Pero lo que da realmente dolor de cabeza es buscar hardware compatible. Encontrar una impresora, una tarjeta wifi, un escáner o un ordenador que no dé problemas es una tarea que le arruga el escroto al mismísimo Hércules, y no pocas veces acaba en una lamentable rendición (sobre todo de los que se inician en el mundo de linux), volviendo al redil del omnipresente Windows.

Una buena forma de empezar si se está en la necesidad de comprar hardware compatible con linux es consultar la página http://www.linux-drivers.org/, donde se ofrecen tanto listas de dispositivos compatibles, como listas de compatibilidad con distribuciones concretas. No obstante, y como consejo rápido, en materia de impresoras y escáneres, y basándome en mi experiencia personal, yo siempre recomiendo marcas como Brother o HP (yo, personalmente, prefiero la primera), ya que ambas ofrecen controladores para linux que permiten utilizar sus dispositivos sin problema alguno.

Pero en esta ocasión, lo que me ha pasado es que he tenido que buscar un nuevo portátil, ya que mi indestructible y fiel Asus EeePC ya se quejaba lastimosamente al tener que trabajar con el glotón Firefox, y con el incalificable Java de Oracle; y tratándose de cuestiones laborales, era imperioso buscar un sustituto más acorde con los tiempos que corren. El objetivo en este caso era buscar un portátil especialmente diseñado para linux, de pequeño tamaño, que no se subiera mucho de precio, y sin Windows preinstalado, ya que no tenía intención de pagar una licencia de dicho sistema para simplemente hacerlo desaparecer del disco duro nada más desembalar el aparato. Y tampoco me quería meter en guerras con el vendedor sobre mi derecho a reembolso del precio de Windows que no uso, etc., etc., etc.

Buscando mucho, pero que mucho, mucho, he podido constatar que el panorama en España es desolador, y es prácticamente imposible comprar un portátil, digamos linux friendly, que no tenga Windows preinstalado. Las opciones se reducen básicamente a tres opciones:

- Mountain, quizás la opción más conocida, pero inviable por precio. Por lo general, esta casa se dedica a montar máquinas de alto rendimiento para juegos y funciones profesionales de diseño 3D y renderizado, y de ahí su precio, supongo que justificado; no sé. En cualquier caso, no es lo que buscaba.

- PCUbuntu, una tienda donde se venden ordenadores de diferentes marcas con Ubuntu preinstalado. Mucha mejor opción que la anterior si lo que se busca es un ordenador normalito. Según he podido entender, tiene además su propia marca (Tuxy), pero con poca variedad, por lo que he visto.

- Vant, marca de una empresa radicada en Valencia, que monta ordenadores con Ubuntu o Linux Mint preinstalados, y especialmente diseñados para utilizarse con Linux sin que den problemas, se use la distribución que se use. Esta opción me pareció, después de mucho buscar, la que más se adaptaba a lo que yo buscaba, por precio y variedad, y por tener portátiles tanto potentes como más comedidos, para un uso más personal o de oficina.

Si buscamos en el extranjero, las opciones se multiplican de forma bastante considerable, poniéndose de manifiesto una vez más que estamos a años luz de cualquier otro país medianamente avanzado tecnológicamente; pero, en mi opinión, no son opciones válidas porque, a pesar de servir incluso a España, el teclado de los equipos no viene en español. Señalan que sí se puede configurar el sistema operativo en nuestro idioma, como es normal, pero a mí no me vale, y es que la eñe es muy española, y mucho española, como para no tenerla en el teclado.

Probando Vant

En mi caso, el modelo elegido es un Vant Moove Mini, de 11,6", con Pentium N3710, con 8GB de RAM, y con 240 GB de disco duro SSD. El precio es, redondeando, 400 €, gastos de envío incluidos, precio imbatible con esa configuración. No he conseguido encontrar nada similar por ese precio en ninguna otra tienda o marca. He visto productos de Vant en Amazon, en Ebay e incluso en la propia PCUbuntu, pero decidí comprar en la tienda de su web porque me daba el precio más bajo de todas ellas.

Hay que decir que la página oficial de Vant me parece algo cutre, con un diseño anticuado, y con información muchas veces contradictoria, lo que denota que no revisan el contenido todo lo que deberían (por ejemplo, en algunos lugares se dice que el portátil monta el procesador N3700 y, en otros, el N3710). También hay información confusa sobre la garantía, ya que en algunos sitios se dice que durante los dos años de garantía no se paga nada, y en otros lugares de la web se dice que durante el segundo año de garantía el cliente se debe hacer cargo de los gastos de envío del equipo averiado al servicio técnico. Mediante llamada telefónica me confirman que la información correcta es esta segunda (es decir, que durante el segundo año no se cubren los gastos de envío al servicio técnico), lo que me ofrece serias dudas sobre su legalidad, teniendo en cuenta que el artículo 120.a) del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias, establece que las reparaciones por defectos de fabricación en período de garantía "serán gratuitas para el consumidor y usuario. Dicha gratuidad comprenderá los gastos necesarios realizados para subsanar la falta de conformidad de los productos con el contrato, especialmente los gastos de envío, así como los costes relacionados con la mano de obra y los materiales" .

A pesar de lo dicho, y dejando de lado lo de la garantía (aunque es algo en lo que hay que pensar a la hora de comprar, por lo conflictivo que puede resultar), el proceso de compra se ha hecho sin contratiempo alguno, con confirmación inmediata de la compra vía correo electrónico.

El envío es sorprendentemente rápido. Desde la fecha de pago, un día y medio, supongo que porque el pedido lo hice por la tarde, y en agosto tienen horario de verano sólo por las mañanas. El equipo viene muy bien embalado, en una caja con multitud de protecciones en pantalla, teclado, webcam, y con el portátil encajado en piezas de espuma que impiden que se mueva durante el viaje. Esa caja viene dentro de otra caja, la cual viene, a su vez, en una caja mayor, rellena de plástico que protege el equipo de golpes durante el transporte. En resumen, un empaquetado muy cuidado y que califico de sobresaliente.

En la caja hay una pegatina que ofrece nuevamente información contradictoria. Dice que monta Pentium N3700, pero cuando arranco con el Ubuntu que trae preinstalado, confirmo que monta el nuevo N3710.

El equipo es muy ligero (según el fabricante, 1,25 Kg. con batería), enteramente de plástico, pero con sensación de calidad. El teclado es cómodo, sólido y muy agradable al tacto, con buena respuesta, con teclas separadas entre ellas al estilo que ha puesto de moda Apple con sus MacBook. El equipo viene con una pantalla de 11,6", con una resolución máxima de 1366x768. Dispone de tres puertos USB (uno de ellos 3.0), bluetooth, lector multitarjetas, puerto ethernet, salidas VGA y HDMI, entrada para micrófono y salida para auriculares. Muy completo, la verdad. No viene con unidad DVD, sin duda por el tamaño del equipo, aunque creo también que ya es algo obsoleto que tiene las horas contadas.

El equipo trae también documentación con instrucciones, garantía (confirmado lo de los gastos de envío a costa del comprador durante el segundo año), dos CD con drivers, utilidades y manuales (uno de ellos para Windows 10), y un USB de 8 GB de recuperación, que permite reinstalar el ordenador con el sistema que traía de fábrica. No es una imagen de recuperación sino una distribución completa de Ubuntu 16.04 lo que, a mi juicio, es mucho mejor.

El ordenador es rapidísimo, y tanto los 8 GB de RAM como el disco SSD de 240 GB se hacen notar. No obstante, hay que tener en cuenta que no es un equipo pensado para grandes esfuerzos, como juegos. Está concebido como equipo para llevar encima, para trabajar o hacer tareas cotidianas, yendo más que sobrado para eso; pero si se le fuerza con juegos o con edición de vídeo, sin duda se vendrá abajo, porque no tiene procesador para ello.

Una vez que he comprobado que todo funciona correctamente, procedo a quitar Ubuntu e instalar Debian estable (Debian 8.5). Al arrancar desde el USB de instalación, me llevo la sorpresa de que para la tarjeta wifi y para el bluetooth necesita drivers no libres. No soy un talibán del software libre, pero me choca, y en cierto modo me disgusta, que un ordenador que se supone diseñado especialmente para linux no funcione con la imagen oficial de Debian, y necesite de controladores no libres. En el caso de Debian, se resuelve utilizando la imagen no oficial de instalación con soporte para firmware no libre que puede encontrarse aquí. En el caso de Ubuntu, Linux Mint o las distros más famosas no creo que haya problema porque suelen traer esos drivers en sus imágenes oficiales, pero lo que quieran instalar distribuciones enteramente libres como Trisquel tendrán presumiblemente problemas, y es más que probable que tengan que renunciar a algunas características, lo cual no veo bien, insisto, tratándose de un equipo que se vende como especialmente diseñado para Linux, y con una marca que pone como bandera la apuesta por el software libre.

Instalado Debian 8.5 con KDE el equipo se muestra estable y rápido. Mueve sin problemas el entorno gráfico y sólo ocasionalmente se pone en marcha el ventilador, silencioso aunque no totalmente, con un soplido ligeramente audible y que apenas se nota si se utiliza el ordenador en un ambiente con ruido de fondo, como puede ser una televisión. Este punto me preocupaba porque había leído opiniones que decían que parecía un fórmula 1, pero en mi caso no puedo decir que sea así. Si se le da un uso muy intensivo puede ser que el ventilador acabe haciendo ruido, como es comprensible, pero con un uso normal de navegación por internet o uso de ofimática yo no he notado ese inconveniente. También hay que tener en cuenta que hablamos de un equipo de 400 €, y que es eso lo que se compra. Quien quiera tecnología más vanguardista en ese sentido, que se compre un Macbook y que lo pague.

Conclusiones

Pienso que Vant ofrece un equipo básico, para hogar y oficina, más que decente a un precio insuperable. Además, teniendo en cuenta que el servicio de atención al cliente se ha comportado magníficamente (el primer modelo que recibí tenía la tarjeta wifi defectuosa y me lo cambiaron rápidamente por un equipo nuevo), sin duda recomiendo esta marca para todos aquéllos que buscan un ordenador decente, sin Windows, y a un precio razonable. Los únicos peros, en mi opinión, son una página web que pide a gritos una actualización, y unas condiciones de garantía postventa que deberían revisar, para evitar suspicacias y conflictos con los clientes.